Cuando ves los nuevos iMac, lo que más llama la atención es su impresionante delgadez, conseguida con la eliminación del lector óptico. Apenas 5 mm, casi la mitad que un iPhone 4S. Por lo que respecta al diseño, mantiene todas las líneas del modelo anterior, aunque en la parte central se ensancha ligeramente. Una auténtica joya del diseño que habrá que ver en directo para creérsela. Los tamaños de pantalla se mantienen: un modelo de 21’5 pulgadas, y otro de 27. Pantallas que ven reducidos hasta un 75 % los reflejos.
También incorpora la característica Fusion Drive. Una memoria que fusiona SSD y el disco duro tradicional en una sóla. El SSD es de 128 GB, mientras que el HDD (disco duro) es de 1 TB en el modelo básico, ampliable hasta 3 TB. Así, las aplicaciones estarán instaladas en la memoria flash para poder abrirlas y manejarlas con muchísima fluidez, mientras que los documentos estarán alojados en el disco duro. Esta característica está presente en toda la gama salvo en el modelo inicial de 21’5”, que únicamente cuenta con HDD de 1 TB.
Hay tambien otras opciones de configuración: como, aumentar la RAM inicial (8 GB a 1600 MHz) hasta 32 GB. O bien escoger una unidad de almacenamiento SSD de hasta 768 GB, exclusivamente. Mientras que el procesador básico es un i5 de Intel de cuatro núcleos a 2’7 GHz (ampliable a 3’2 GHz), puede pasarse a la versión superior, el i7 de hasta 3’4 GHz. Sus conectores son cuatro USB 3.0 y dos Thunderbolt.
Una de las características también señalada, es que consume la mitad de energía que el modelo anterior cuando está en reposo. El modelo de 21,5 pulgadas tendrá un precio de $ 1299 | 1379 € en su versión más básica, mientras que el de 27, $ 1799 | 1899 €. El primero estará a la venta en noviembre, mientras que el segundo nos hará esperar un mes más, hasta diciembre.
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